Ubicada en una privilegiada costa patagónica, encontramos Puerto Madryn donde podemos descubrir una variada fauna y flora sobre tierra y bajo el agua, además de las lindas playas para disfrutar del sol y del mar.
Sobre la costa del Golfo Nuevo, entre septiembre y diciembre recibe a miles de turistas que buscan un lugar privilegiado para ver el salto maestro de la ballena franca austral, en las costas de la Península de Valdés, declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco.
Puerto Madryn es bien llamada la "capital nacional del buceo", ya en que sus costas se pueden hacer excelentes inmerciones en aguas cristalinas.
Además de las ballenas, se puede conocer los pingüinos de Magallanes que anidan en Punta Tombo, ubicada 100 kms hacia el sur de la ciudad.
La pacífica ciudad permite disfrutar de lindas tardes paseando en bicicleta, o caminando por la costanera.
Las playas son interminables, y cerca de la ciudad cuenta con 7 balnearios con servicios gastronómicos y oferta de actividades deportivas, que suelen ser muy concurridas.
A 17 kms al norte, se encuentra la playa El Doradillo, que es un lugar privilegiado para el avistaje desde la costa de ballenas francas, toninas overas y orcas.
Desde el mismo boulevar de la Costanera, se pueden hacer 12 kms hacia el Sur para llegar a la Reserva Natural Punta Loma. El sendero de interpretación permite conocer la flora típica de la zona, un gran apostadero en el que conviven comunidades de aves, reptiles y mamíferos, especialmente unos 800 ejemplares de lobos marinos de un pelo, que llegan a ser muchos más entre diciembre y febrero, época de reproducción.
A 3 kms al Sur, la playa Cerro Avanzado guarda rastros de la historia geológica de la región: en toda la reserva de Punta Loma, pero especialmente en la base del cerro, se encuentran yacimientos de fósiles marinos, únicos por su riqueza y extensión.
Si se observan con detenimiento los acantilados y las restingas se descubren varias capas con la impronta de fósiles de mejillones, ostras, cangrejos y caracoles, lo que demuestra que este refugio árido, al que se llega en un vehículo 4x4 tras atravesar sinuosos caminos de ripio y enormes médanos, estuvo hace millones de años cubierto por el mar.
A unos 64 kilómetros, sobre el extremo sur del Golfo Nuevo, el paisaje cambia nuevamente en Punta Ninfas. Desde el desolado faro se tiene una completa vista del golfo y del horizonte infinito del mar que se une con el cielo, allí donde probablemente habitan las ninfas del océano.