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Las estancias argentinas de unidades productivas tornaron a artículos turísticos de lujo / Hoy están en la vidriera para viajeros sofisticados y muchas tienen un perfil excéntrico / Pero, para los argentinos, tienen un renglón para leer entrelíneas.
No haber tenido nunca la experiencia de visitar una estancia es, en materia de viajes, lo que en fútbol es no haber visto nunca un gol de Maradona; no haber probado jamás un Torrontés; no haber escuchado a Gardel, o no haber leído un cuento de Borges.
Las estancias argentinas son orgullo nacional y merecen por lo menos una escapada de fin de semana. Aunque bien vale organizar unas buenas vacaciones también pueden ser usadas como punto de descanso rumbo a los destinos tradicionales, o para agregar, un par de días al calendario principal del viaje.
Una parada en una estancia agregará valor al viaje y aportará un capítulo impensado y sorprendente. Si sus vacaciones tenían brillo, añadirle dos lunas a puro campo será inolvidable. Y como todos los destinos típicos del país tienen alguna estancia en el camino o en las cercanías, es bueno aprovechar la generosa variedad. Abajo algunas propuestas.
Quienes viajen a las playas del Uruguay, podrán considerar una parada en la localidad de Victoria, Entre Ríos. Yendo por la ruta 11, en el kilómetro 8, se accede a la estancia El Cerrito, donde reciben Alicia y su marido Ernesto, con la más típica calidez entrerriana.
El descanso allí se organiza en una vieja casona de estilo colonial muy bien mantenida, con amplias galerías y aire acondicionado en las habitaciones.
Se pueden hacer cabalgatas, paseos en sulky, pescar en las islas vecinas o relajarse en un campo inmenso, siempre sembrado. Un dato: hay bicicletas disponibles y se sirven excelentes asados.
Si se viaja rumbo a Mar del Plata pueden evaluar que a sólo 20 minutos, está estancia Ituzaingó. Se accede por la ruta 226, en el kilómetro 10. Esta estancia fue declarada de interés turístico por el gobierno de la ciudad de Mar del Plata ya que es una de las más tradicionales del país y pionera en la producción lanar.
Ituzaingó fue fundada en 1862 y guarda el encanto de su época. Ofrece paseos en carruajes antiguos, tiene cancha de tenis, fútbol y bochas y es atendida por Héctor Zabiaurre, bisnieto del fundador de la estancia.
La cocina es de corte manual y casero. Pastaflora en la merienda, asado en los almuerzos, tortas fritas y dulces elaborados a partir de las frutas de estación cosechadas en la misma estancia.
En Bariloche
En la costa del lago Gutiérrez, a 25 kilómetros de Bariloche, por la ruta 40, se accede a la tranquera de estancia Peuma Hue, nombre que se traduce como el "lugar de los sueños" y del que hace cabal honor.
Un verdadero encanto en manos de su propietaria, Evelyn, quien descifra el gusto personal en cada uno de sus huéspedes para desplegar un menú asombroso de actividades: pesca, kayak, tirolesa, trekking, birding, yoga, incluso, cabalgatas en el agua.
La estancia tiene 200 hectáreas sobre el Parque Nacional Nahuel Huapi y dos kilómetros sobre la costa del lago, con un universo apasionante de montañas, valles, arroyos y bosques. La cocina es especial.
Un verdadero lugar de retiro para encontrarle a la vida un sabor diferente. Tiene unas estupendas cabañas para quienes buscan la intimidad del alojamiento.
En las sierras de Córdoba. Las sierras de Córdoba están llenas de estancias. Así, en Ascochinga, la estancia La Paz asombra con un mundo de lujos que llama la atención.
La estancia no ha perdido ni un ápice del esplendor que le dieron sus tiempos fundacionales, cuando perteneció al que fue presidente de la Nación, Julio Roca.
Tiene una arquitectura que señorea con el parque diseñado por el paisajista Carlos Thays, que resulta un verdadero óleo viviente que cambia de colores y aromas de acuerdo a la estación del año. Muy buenas cabalgatas son parte de la oferta que además son pasaporte para practicar polo, una pasión argentina.
En Río Ceballos, la estancia Los Potreros hace un verdadero despliegue en materia de contacto con el mundo ecuestre, allí se crían caballos peruanos de paso, al igual que en Ampascachi, en San Huberto, pasando Nono.
Para quienes tienen alguna debilidad por el mundo de la enología conviene saber que camino a La Cumbrecita, en Villa Berna, estancia Las Cañitas ya cosechó un premio por la calidad de los vinos elaborados en la propia bodega.
Además de visitar los viñedos y participar de los procesos de elaboración de esos caldos, el programa se enriquece con la posibilidad de tomar baños en un río cristalino y alojarse en cabañas con jacuzzi y vista de las serranías.
Tarifas
Las Cañitas. Entre Villa Berna y La Cumbrecita, teléfono (54 9 351) 550-0419. E-mail: info@estancialascanitas.com. Por persona, pensión completa y actividades por noche: adultos, $ 420, y niños de 4 a 12 años, $ 250.
Ongamira. Camino Provincial 17, Ongamira, teléfono (03525) 44-5060. E-mail: info@ongamira.com. Por noche, base doble, pensión completa, por persona, $ 280.
La Paz. Ruta E 66, Ascochinga, teléfono (03525) 492073. E-mail: info@estancialapaz.com. Por persona y día y desayuno, $ 285.
Haras Ampascachi. Acceso desde ruta a San Huberto, Nono, teléfono (0351) 422-1257. E-mail: info@harasampascachi.com. Argentinos $500, por día y por persona en base doble.
Los Potreros. Río Ceballos, teléfono (011) 6091- 2692. E-mail: bookings@ride-americas.com. Por persona y noche con pensión completa, actividades y traslados, U$S 360.
Estancia Peuma Hue. Costa del lago Gutiérrez, San Carlos de Bariloche, Parque Nacional Nahuel Huapi, Río Negro. E- mail: info@peuma-hue.com.
Promo. Tres noches en habitación doble superior para dos personas con desayuno bufet, $ 3.448. La tarifa con desayuno incluye alojamiento y desayuno bufet.
Fuente: La Voz Turismo
http://www.lavoz.com.ar/nota.asp?nota_id=585538
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