El centro de esquí también se puede disfrutar en esta época. Mountain bike, trekking y un circuito de actividades para los chicos.
Cuando el calor alcanza Bariloche, en Río Negro, el vértigo de la nieve se transforma en días maravillosos, llenos de sol y vivos colores. En la zona de pistas del cerro Catedral, los circuitos se adaptan a las alternativas de verano: trekking, escalada, paseos en bicicleta, caballos o fourtrax. Alrededor de este inmenso macizo montañoso, surcado por valles, bosques y arroyos, y formado por picos gigantescos, todo se llena de flores y verde, una tentación irresistible para lanzarse a la aventura y el contacto con la naturaleza. El Catedral es el cerro más importante de Bariloche, famoso en todo el mundo como centro invernal de esquí. Pero cada año, también suma atractivos como centro estival de actividades de montaña.
La vedette de esta temporada es el flamante Bike Park, un parque especialmente diseñado para practicar mountain bike, con circuitos de descenso de diferentes niveles técnicos, áreas diferenciadas para principiantes y expertos, un circuito de Four Cross y una escuela de aprendizaje para niños. Para los fanáticos del mountain bike y para los que se acercan por primera vez a este deporte, Catedral es perfecto, ya que permite recorrer los senderos y disfrutar de la inmensidad de las montañas aprovechando la infraestructura de los medios de elevación que conducen hacia las pistas de deportes invernales.
Con un esquema parecido al de los esquiadores, los ciclistas utilizan un pase diario para recorrer el cerro, que les permite utilizar los medios todas las veces que lo deseen. Se puede llevar bicicleta propia o rentar en la base, donde también hay alquiler de equipos y accesorios de protección, además de escuelas e instructores. En verano, los medios de elevación habilitados son la Telecabina Amancay y la Telesilla Triple Dientes de Caballo.
Una vez arriba, se trata de elegir el circuito adecuado, de acuerdo con el nivel de experiencia. Los más impactantes son el Woodpark, en el sector Amancay, diseñado con caminos y obstáculos de madera en medio de un bosque de lengas, y el Dirts, cerca de la base, especialmente desarrollado para practicar saltos y pruebas en el aire. Igual que las pistas de esquí, cada circuito tiene un color que identifica su nivel de dificultad: el verde es para principiantes o con poca experiencia, que deben ir acompañados con un guía o instructor; el azul es intermedio, para los que tienen alguna experiencia en caminos de montaña, con pendientes de variada dificultad, y el rojo es para avanzados. Hay que usar bicicletas de doble suspensión y protecciones en rodillas y codos. El negro es sólo para expertos, con mucho conocimiento en descenso libre y saltos. En la base hay una zona para que los chicos se inicien en el mountain bike con especiales medidas de seguridad. En Plaza Amancay funciona la escuela Gravity, para niños y adultos.
Una experiencia única es escalar las laderas rocosas de La Hoyita. En la base también se pueden contratar paseos en Fourtrax (cuatriciclos a motor) y cabalgatas que recorren rincones increíbles de los Andes. Otros eligen el Mountain Board, patinaje en una tabla de skate con ruedas de goma que puede realizar maniobras muy ágiles en todo tipo de terreno: la pista está ubicada en el sector sur de la base, aunque los expertos pueden tirarse por otros senderos de la montaña.
El trekking es otro de los platos fuertes, apto para todos. Desde Punta Princesa sale un sendero de escasa inclinación, ideal para hacer una caminata en familia, que dura una hora y media. Se llega hasta el filo del cerro, con una vista espectacular de la Cordillera y el valle del Rucaco.
También se puede ir un poco más allá y aventurarse en el entorno fabuloso de los Andes, donde una red de refugios de montaña ofrece resguardo y servicios a los caminantes. Desde la base parte la picada hacia uno de los más importantes de la zona: el Refugio Frey. Son 10 km por un camino que atraviesa los frondosos bosques de la base y algunos arroyos y valles, pasa por el refugio vivac Piedritas y llega al Frey, junto a la laguna Toncek, a 1.700 m sobre el nivel del mar. Hay lugar para que duerman hasta 50 personas y se ofrecen todas las comidas y excursiones.
No conviene perderse el placer de sentarse al sol en la terraza del restaurante La Roca o en los deck de Punta Princesa o La Cueva, algunos de los paradores de montaña abiertos en verano. Son perfectos para descansar y disfrutar con todo el tiempo del mundo del silencio y el paisaje inconmensurable. Y para los chicos está el Kids Club, circuito multiaventura con palestra, tirolesa, puente comando, juegos inflables, talleres y espacio de arte.
En la red de refugios de montaña de la zona, uno de los más importantes es el Frey, ubicado a 1.700 metros sobre el nivel del mar.}
Fuente: Clarin Turismo
http://www.clarin.com/suplementos/viajes/2010/02/14/v-02139661.htm