Puerto Deseado tiene una fantástica ría, la única en Sudamérica. Quien sale a caminar por allí no sólo hace trekking sino que sigue las huellas de Darwin o el Perito Francisco Moreno; y quien navega entre las islas Chaffers o Pingüino, lo hace tras la estela de los grandes marinos Magallanes o Cavendish, corsario inglés que replicó la ruta de su antecesor Francis Drake. De hecho, fue a partir de la visita de ese marino inglés, que atracó en este rincón del noreste de Santa Cruz, que la zona recibió su nombre.
Port Desire se llamaba su nave capitana y así bautizó Cavendish a este puerto natural de grandes dimensiones, muy apreciado aún hoy por los barcos que navegan las costas patagónicas. Aunque la traducción tendría que haber sido Puerto Deseo, el Deseado se impuso y sirvió también para nombrar a la ría. Dicho sea de paso, se llama así al cauce de un río que queda sumergido y es invadido por el mar.
Esto hace que su cauce esté gobernado por las mareas, las que por momentos lo ocupan en su totalidad, pero que luego vuelven a dejar sus extremos más lejanos al desnudo. La ría Deseado tiene una extensión un poco mayor a los 40 kilómetros.
El vaivén de las aguas y la acción del viento han modelado cañadones ricos en cuevas y recovecos en donde anidan diversas especies de aves marinas, como los cormoranes o los pingüinos. Por esto mismo es un área perfecta para el turismo en contacto con la naturaleza.
En el extremo más continental de la ría se encuentran los Miradores de Darwin, quien describió su impresión sobre la zona con la frase: "No vi otro lugar que parezca más aislado del mundo que esta grieta entre las rocas en medio de la inmensa llanura".
Esa grieta ofrece paredes aptas para practicar escalada en roca; su extensión es escenario para recorridos que, en cuestión de horas, permiten ir desde la meseta poblada de choiques o guanacos, hasta las aguas marinas donde reinan lobos, toninas y pingüinos. Incluso es posible combinar en una misma excursión el trekking con una de las actividades más emblemáticas de Puerto Deseado: el kayak.
La extensión de la ría ofrece un espacio de aguas calmas para practicar el canotaje y el kayak, disciplinas que el visitante también puede disfrutar en compañía de guías especializados. Es verdad que el contacto con la fauna se puede resolver también en embarcaciones a motor, pero la perspectiva desde el kayak es completamente diferente.
De regreso a tierra, una alternativa reciente pero altamente recomendable es visitar el centro de equitación El Noble Argento, desde donde parten cabalgatas que recorren la costa. Desde lo alto de los acantilados, sentados en la montura de un caballo, oteando el horizonte inmenso de la Patagonia, los viajeros pueden sentirse como el Perito Moreno siguiendo las huellas de Darwin.
Cómo llegar. Puerto Deseado se ubica en el noreste de la provincia de Santa Cruz, a 750 kilómetros de la capital, Río Gallegos, donde se pueden abordar vuelos regionales hasta esta ciudad.
No obstante, el aeropuerto más cercano se ubica en Comodoro Rivadavia, a 290 kilómetros, y recibe vuelos diarios desde Buenos Aires. Por tierra se llega por la Ruta 3, la más importante de la Patagonia, hasta el desvío a Puerto Deseado, ruta 281, por espacio de 130 kilómetros.
Fuente: Los Andes Online